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lunes, 15 de febrero de 2010

"quiére más, m´hija, pídame pa´ darle más"




Ahora se puso a dar clases de danzón, hazme el favor. Si de-por-sí está mega choncha, nunca hace ejercicio, es más, ni siquiera sale a caminar. Se la pasa como un mueble más que mira el televisor todo el día. Y venir a mi casa a extenderme esa invitación pa´ ir a echarle taconazo y, aparte pagarle a ella por el guateque. Ir a perder el tiempo, hazme a mí el favor. Nunca me habla y cuando lo hace es sólo pa´ sacarme plata. No es por desearle mal a nadien, pero de veras que a veces se pasa. Yo no soy quién pa´ estar critique y critique como cotorra. Yo soy la menos indicada, pero allá ella. Yo sí tengo cosas importantes que hacer. Yo sí tengo una vida social propia. Lo que pasa es que lo hace adrede nomás pa´ darme picones y hacerse la importante. Bien me lo dijo cuando me vio atascada en esta cuchitril barriada "tu te lo buscas porque quieres, m´hija, el que por su gusto es buey hasta la no se qué lambe". Luego me aventó una caja con cacerolas despostilladas, vasos de plástico y unos costales con ropa que ni me quedaba. Luego se dio la media vuelta y ni "adiós" dijo. Arrancó como una burra sin mecate. Bien presente lo tengo aún como si hubiera sido horitita mismo. Y ahora anda muy pipiris nais buscando a ver quién se deja embaucar pa´ sacarle unos billetitos. Nunca hizo por mí. Cada que le pedía me daba fregadazos hasta pa´ llevar de lonche. "Quiere más, m´hijita, venga pa´ darle más", y mojaba el cinto o sacudía la chancla, ponía una cara de payaso lujurioso y enseguidita se me aventaba tirando guamazos a diestra y sinestra. Yo salía como si me quisieran violar, haciendo un griterío y con las nalgas todas rojas de tanta friega. Los vecinos ya se la sabían y ni el caso. Todos como si nada estuviera sucediendo. Deja tú la pena. Me daba una impotencia que pa´ qué te cuento. "quiere más, m´hija, pídame pa´ darle más". Ya ni acordarse es bueno, pero vieras que la veo y se me salta la vena de la rabia. Voy a ir a esas clasecitas de baile, nomás pa´ verla hacer el ridículo. Esto no me lo puedo perder. Será como ver a una vaca en dos patas tratando de bailar polca. De que lo vale, lo vale. Ahora me toca a mí y en la primera que tenga voy a soltar la carcajada hasta que se me salgan las migas. Ahora me toca decirle a mí "Sí, mamá, quiero más. Quiero ver como haces el ridículo. Quiero más".

Por Sergio Iván Ramírez Huerta