Casualmente en septiembre nunca escribo. Surge una impotencia que me llega hasta los huesos. No es flojera sino una especie de letargo. Los días se vuelven finitos y desesperantes como un niño que babea o hace pompas de saliva, asqueroso hasta cierto punto. Aunque tengo ideas, no logro plasmarlas en algún papel.

Y ahora que despierto, septiembre, se ha llevado tantas horas de mi vida y yo pensando en la posibilidad de borrarlo con una goma blanca para que no deje siquiera mancha.
Quién fuera un loco frente a una computadora escribiendo a los días que se han ido como una bebida por la garganta del tiempo.
Por Sergio Iván Ramírez Huerta
7 comentarios:
Te sucede como a mi pero con los tres primeros meses del año, no puedo vivirlos, quisiera cerrar los ojos -al igual que tu- y abrirlos en los primeros días de abril pero no es posible, así que hay que vivir ¿y que nos queda).
¡Sonríe ya es octubre!.
Saludos.
Bueno...lo peor de todo esto es que es tiempo irrecuperable.Aprenderás a vivirlo de otra manera. A mi me pasa con las navidades.
Saludos.
A mí me sucede eso con los tres meses que dura el invierno...
Que bueno que llegamos a Octubre, no?
Saludos
Maribe
Yo no tengo aversión por ningún mes en concreto, aunque es cierto que, para mí, septiembre significa la vuelta al trabajo y ésta, no siempre es buena.
Espero que los próximos meses estén llenos de buenos momentos y que no haya que buscar una goma de borrar ;)
Si tuviera que resumir tu entrada lo haría como la amargura del tiempo que pasa sin remedio.
Todos tenemos estaciones ausentes, meses, días, qué sé yo.
Escribe del hoy, del mañana.
Aunque lo que escribes del ayer es fascinante.
Un besito.
bonitoo blog
hey y por que septiembre que tiene en especial o mejor dicho que es lo que tiene que te consume ese mes.....
Muito obrigado pelo carinho da visita.
Eu tentei traduzir a sua postagem mas ñ consegui,me perdoe por ñ comentar.
Abraços meu amigo.
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