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martes, 12 de enero de 2010

CRI CRI, ENORME CRONISTA DE UN MÉXICO QUE NO CAMBIA



Mi siguiente post va relacionado con ese gran compositor y cantante de nombre Francisco Gabilondo Soler "Cri Cri, el grillito cantor". No creo que sea necesario colocar una biografía de él, ya que me volcaré sobre algunas de sus obras, en específico aquella que se titula La muñeca fea y, sobre ella edificaré mi post.

El maestro Cri Cri nos relata en cada canción (que podríamos señalarlas como “cuentos musicales”), un problema social que abarca distintas esferas sociales.

La crítica que manifiesta es fácil de detectar en su obra. Hablando de las diferencias sociales, tomaremos como ejemplo una percepción muy propia en la canción: El rey de chocolate, que “posee un gran castillo con murallas de membrillo y con torres de turrón…, y a pesar de ser tan dulce tiene amargo el corazón”. Sin duda es un indicio de que el hombre en su voracidad por hacerse de todo lo material se olvida de lo básico: el sentimiento de ser querido. ¿O es éste el que se le niega en forma de “princesa caramelo”? Surge entonces la necesidad del personaje principal, cosa que enmienda mediante una simple artimaña, exponer su fortuna a la vista de todos. Sembrar un gran barquillo que rieguen tempranito con refrescos de limón, una gran cascada de azúcar granulada y el arroyo en vez de piedras que arrastre colación…, la princesa acepta de buena gana la proposición de matrimonio con el feo rey nariz de cacahuate. Estamos frente a otro caso que expone sabiamente Gabilondo Soler “la conveniencia de algunas mujeres que buscan en el hombre su propia solvencia económica, un status y el ambiente de una clase social (alta en este caso)”.
En contraposición podemos encontrar el tema La patita que, “…de canasta y con reboso de bolitas va al mercado a comprar todo lo del mandado”. Con ese atuendo y el lugar común al que se dirige, notamos a un personaje de clase media baja en busca del sustento alimenticio para sus emplumados hijos. El regateo, la falta de dinero y la nula adquisición de comida, crea en ella desesperación y reflexión. F. G. Soler, mientras canta este tema, se refiere al escucha e incluso lo compara con la desafortunada patita. Es decir, el autor conoce de antemano la situación económica y de impotencia en la que vive la mayoría de los mexicanos (por citar a mis compatriotas, pero dicha comparación podría abarcar a varios países y no sólo latinoamericanos). Y cierra con una reflexión ante la pobreza: cuando le pidan contestará “coman mosquitos cuara cua cua”. Aunque sabemos que los patos no se podrán alimentar de mosquitos. Entonces el cronista nos señala que mediante la falta de dinero vendrá la falta de comida y es el sector infantil el más golpeado. La muerte parece ser el siguiente paso de aquellos “patitos” aunque su madre haga mil rabietas.

Bien, mi post va encaminado a señalar lo que “El grillito cantor” relata como trasfondo en su obra “La muñeca fea”. Señoras y señores, atención por favor, nos relata LA DISCAPACIDAD INFANTIL Y LA FORMA EN LA QUE LA SOCIEDAD LA ENFRENTA. Recordemos que la Muñeca fea es olvidada en un rincón como se oculta en varios hogares a aquellos que presentan alguna enfermedad física, mental o disfuncional. La familia de aquellos desafortunados ocultan al individuo por una simple cuestión “no quieren enfrentar la crítica social y tienden a esconder sus defectos”. La muñeca fea, mientras se oculta de que alguien la vea, tiene roto un brazo y su cara llena de hollín. Negra es su cara, como el color de piel que más desprecio tiene en las diferentes razas del mundo a través de la historia. La raza negra ha luchado duramente por tener un lugar digno dentro de la sociedad, pero su lucha más ardua ha sido contra el propio racismo. Estamos frente a un personaje que presenta un conflicto no sólo emocional sino también cultural y psicológico. Sus amigos son seres o cosas útiles, pero despreciables como son los ratones, la escoba, el recogedor, el plumero, el sacudidor, la araña y el viejo veliz, pero algo une a éstos: todos quieren ver a nuestro personaje contento y feliz. ¿Por qué ocultar los defectos o a las personas que tienen una discapacidad? La respuesta va más allá de lo que podríamos imaginar. Los animales nunca se desprecian entre sí debido a sus defectos o virtudes. Es el ser humano el único animal que actúa de una forma difícil de comprender. Sea quizá la vergüenza o el tratar de aparentar lo que no somos. Hay múltiples emociones que mueven al hombre. Gabilondo Soler nos relata el proceder de una sociedad de algunas décadas atrás. Actualmente se hacen algunos esfuerzos por erradicar o aceptar la discapacidad en el término más amplio, sin embargo, hay quienes siguen con una venda en los ojos.
Es “La muñeca fea” una obra de arte impresionante, moralista y de un tema “casi prohibido”. La señalo como “obra de arte” porque la música lo es por sí misma. “Cri Cri, el grillito cantor” es sin duda uno de los cronistas que ha llegado a más oídos a través de varias generaciones. ¡Un aplauso a aquel que nos señala con la verdad en los labios y con ello crea temas infantiles!
Espero que aquellos que me lean no cambien su manera de sentir la música del antes mencionado, porque Gabilondo Soler es para todas las edades y sus canciones son tan fácil de asimilar que nunca cansan, pues siempre hay algo nuevo que descubrir.
Me despido con los últimos versos de este maravilloso tema:

Tus amigos
no son los del mundo
porque te olvidaron
en este rincón.


Nosotros no somos así.

Te quiere la escoba y el recogedor
te quiere el plumero y el sacudidor
te quiere la araña y el viejo veliz
también yo te quiero,
y te quiero feliz.


Por Sergio Iván Ramírez Huerta